El debate abierto sobre el patrimonio contemporáneo

La discusión sobre el siglo XX ocupa un lugar preferente en el debate actual sobre el patrimonio. Como quedó marcado en las sesiones del reciente congreso ICOMOS en Nueva Delhi (India), y en palabras de su antiguo presidente, Gustavo Araoz, es poco menos que una de las Cajas de Pandora del patrimonio, en términos de complejidad conceptual y envergadura material. Frente a esta cuestión, posturas tradicionalistas presentes en el Congreso siguen defendiendo una visión jerárquica; esto es, prolongar la atención sobre las manifestaciones más recientes de la cultura señalando sus muestras más destacadas. El resultado sería una colección de ‘grandes éxitos’ del siglo XX; generalmente correspondiente a la obra de los ‘grandes maestros’ en los ‘lugares centrales’ de la globalidad.
De tal manera, reivindicaremos la condición vanguardista de experiencias situadas en las periferias culturales y urbanas de Occidente, como auténticos campos de ensayo de una modernidad declaradamente experimental. Tal es el caso de la vivienda social, en su condición de hábitat moderno en constante evolución, interpretada como proceso susceptible de mejora y perfeccionamiento. En ese sentido, nada más indicativo que la diferencia entre la belleza desolada del Capitolio de Chandigarh, obra de Le Corbusier incluida en la Lista de Patrimonio Mundial, y la vitalidad de su tejido residencial cotidiano, diseñado por Jane Drew y Maxwell Fry.