Un caso particular
“Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos” (1672) es una de las obras cumbres del pintor Bartolomé Esteban Murillo, y de la pintura del Siglo de Oro. Pertenece al conjunto iconográfico que encargó Miguel Mañara para decorar la Iglesia del Señor San Jorge de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla.
Es un claro ejemplo de la maestría con la que el pintor sevillano da forma plástica al sentimiento religioso a partir de una acusada sensibilidad artística. Murillo la concibe en función del color y la luz, que ilumina la estancia desde el ángulo superior derecho, creando una atractiva sensación atmosférica que diluye los contornos, pero no omite ninguno de los detalles, como las calidades de las telas o los reflejos en los vidrios y metales. Esta creación espacial que ideó Murillo se ha podido recuperar gracias al proceso de conservación-restauración llevado a cabo en el IAPH.
EL AUTOR: BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO
Bartolomé Esteban Murillo nació y falleció en Sevilla, (1617-1682). Fue el pintor barroco más destacado de la escuela sevillana y el más apreciado
fuera de España. Contó con un elevado número de discípulos y seguidores. En esos años existía en Sevilla un ambiente de intensa religiosidad,
con frecuentes manifestaciones a favor de la concepción de María sin pecado original, y como consecuencia de ello, una amplia demanda de obras
religiosas.
Eran años de miseria y epidemias, motivos por lo que el maestro crearía sus geniales Inmaculadas junto a cuadros donde se refleja
la miseria, la enfermedad y los niños de la calle, pillos, harapientos y piojosos.
SEVILLA EN EL SIGLO XVII
A comienzos del siglo XVII Sevilla era una ciudad próspera y cosmopolita, puerta del comercio con las Indias, mercado de estampas, y sede de numerosas órdenes religiosas y de coleccionistas de pintura. La peste de 1649 redujo la población a casi la mitad, con unas 60.000 muertes, iniciándose un proceso de empobrecimiento y desorden social. En esos años existía en Sevilla una intensa religiosidad, con una amplia demanda de obras religiosas. En este contexto ha de entenderse la aparición de Miguel Mañara en la Hermandad de la Santa Caridad y la construcción del Hospital y la capilla de San Jorge. Con el apoyo de los mejores artistas de la ciudad, creó una decoración que transmite el siguiente mensaje: ejercer la caridad es indispensable para lograr la Salvación.