La olivicultura y la oleicultura son prácticas agrícolas esenciales en la cuenca mediterránea, centradas en el cultivo del olivo y la producción de aceite de oliva, respectivamente.
La olivicultura abarca técnicas como la poda, el riego y el manejo del suelo para optimizar el rendimiento del olivo, mientras que la oleicultura se enfoca en los procesos de extracción y transformación del fruto en aceite. Estas actividades no solo tienen un profundo valor cultural e histórico, sino que también son fundamentales para las economías rurales y la sostenibilidad ambiental.
Relación con los ODS
En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la olivicultura y la oleicultura contribuyen significativamente a varios objetivos. En primer lugar, apoyan el ODS 2 (Hambre Cero) al garantizar la producción sostenible de alimentos básicos como las aceitunas y el aceite de oliva. También están alineadas con el ODS 12 (Producción y Consumo Responsables) al fomentar prácticas agrícolas que minimizan el uso intensivo de recursos naturales. Además, promueven el ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres) mediante técnicas que conservan la biodiversidad y mejoran la salud del suelo, como el manejo integrado de plagas y la agroforestería (Sabor-Artesano, 2025; MAPA, 2025).
Estrategia de actuación
Estas disciplinas tienen un papel estratégico en la adaptación y mitigación del cambio climático. Los olivares son altamente resilientes a condiciones climáticas adversas gracias a su capacidad para prosperar en suelos pobres y resistir períodos prolongados de sequía. Además, prácticas innovadoras como el riego deficitario controlado o el uso eficiente del agua permiten optimizar los recursos hídricos en contextos de escasez (Agromillora, 2023; MAPA, 2025). Por otro lado, los olivares actúan como sumideros de carbono al capturar CO2 atmosférico en su biomasa y suelos, contribuyendo a reducir las emisiones netas del sector agrícola (Fundación Global Nature, 2025).
En conclusión, la olivicultura y la oleicultura no solo preservan un valioso patrimonio cultural e impulsan las economías locales, sino que también ofrecen soluciones sostenibles frente a los desafíos climáticos actuales. Integrar estas prácticas tradicionales con tecnologías modernas puede fortalecer su papel en la transición hacia sistemas agrícolas más resilientes.
Referencias:
- Agroisa. (2025). Oleicultura: conoce todo sobre la cultura del aceite de oliva.
- Agromillora. (2023). Adaptaciones del olivar al cambio climático.
- Fundación Global Nature. (2025). El cambio climático amenaza los olivares: soluciones como el blanqueado son clave para su adaptación.
- MAPA. (2025). Prácticas agrícolas para la adaptación al cambio climático.
- Sabor-Artesano. (2025). Olivicultura y oleicultura.





