Vitivinicultura

La vitivinicultura, que comprende el cultivo de la vid y la producción de vino, es una actividad presente en muchos paisajes culturales del mundo.

Esta práctica combina en la actualidad conocimientos tradicionales con avances tecnológicos para producir vino, al tiempo que preserva el patrimonio cultural y natural asociado a los viñedos. Este equilibrio entre tradición e innovación permite mantener la identidad de regiones vitivinícolas reconocidas como Patrimonio Mundial, al tiempo que implementa estrategias como el uso de variedades de vid resilientes y agricultura regenerativa para restaurar suelos. En los últimos años, la sostenibilidad ha adquirido un papel central en la vitivinicultura, impulsada por la necesidad de enfrentar los desafíos del cambio climático y garantizar la viabilidad a largo plazo del sector.

Relación con los ODS

En relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la vitivinicultura sostenible contribuye a metas clave como el ODS 12 (Producción y Consumo Responsables), promoviendo prácticas agrícolas que optimizan recursos como el agua y minimizan el uso de insumos químicos. Asimismo, fomenta el ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres) al proteger la biodiversidad en los viñedos y prevenir la erosión del suelo. También refuerza el ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles) al revitalizar comunidades rurales y preservar tradiciones culturales vinculadas a esta actividad milenaria.

Estrategia de actuación

El cambio climático plantea retos significativos para la vitivinicultura, como el aumento de las temperaturas, las sequías prolongadas y la aparición de nuevas plagas. Sin embargo, este sector ha demostrado una notable capacidad de adaptación promoviendo, por ejemplo, prácticas sostenibles como el uso de compost y cubiertas vegetales para prevenir la erosión del suelo y aumentar su materia orgánica; el uso de sistemas de riego eficientes; la recuperación de variedades de uva ancestrales que toleran mejor las condiciones climáticas extremas o la reducción de emisiones mediante energías renovables y captura de CO2 durante la fermentación. Estas estrategias no solo mitigan los efectos del cambio climático, sino que también han permitido adaptar ciclos fenológicos a la vez que mejoran servicios ecosistémicos esenciales, como la retención hídrica y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

En definitiva, la vitivinicultura sostenible es un modelo estratégico que combina conocimientos tradicionales con soluciones modernas para enfrentar desafíos globales. Este enfoque no solo asegura la viabilidad económica del sector, sino también contribuye a mitigar los impactos del cambio climático mientras preserva los paisajes culturales y el patrimonio inmaterial asociado a esta actividad.

Referencias:
  • Baraja Rodríguez, E., García de Celis, A. J., & Herrero Luque, D. (2019). Gestión del paisaje vitivinícola en las Reservas de la Biosfera españolas. Cuadernos Geográficos, 58(3), 145–168.

  • COAG. (2016). Cambio climático y viñedo en España. Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y Fundación Biodiversidad.

  • Compés López, Raúl, Sotés Ruiz, Vicente. (coords.) (2018). El sector vitivinícola frente al desafío del cambio climático Estrategias públicas y privadas de mitigación y adaptación en el Mediterráneo. Monografías, 37. Almería, Cajamar Caja Rural.

  • LIFE VineAdapt. (2025). Sustainable viticulture for climate change adaptation.

  • López Cortés, I., Salazar Hernández, Domingo M., Salazar García, Domingo C. (2010). Vitis-Cultura. La viña, el vino y su cultura. Universidad Politécnica de Valencia.

  • Martínez Carrión, J. M., & Ramon Muñoz, J. M. (2010). La vitivinicultura y la valorización de su patrimonio industrial, cultural y natural. Áreas. Revista Internacional de Ciencias Sociales, (29), 148–155.

Material bibliográfico-documental

Prácticas, experiencias y territorios relacionados