El proyecto, en el marco del programa LIFE, tiene como principal objetivo recuperar muros de piedra seca y asegurar su mantenimiento a largo plazo, protegiendo así el territorio y sus habitantes contra los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos, como pueden ser los deslizamientos de tierra o los incendios forestales, entre otros.
Los cambios socioeconómicos de los últimos sesenta años han provocado el abandono de la agricultura, lo que ha supuesto un rápido declive de las terrazas y muros de piedra seca. La inestabilidad de los muros de piedra seca y los canales de obstrucción son algunos de los principales problemas subyacentes a los mecanismos de deslizamiento de tierras más frecuentes en los territorios dispuestos en terrazas, provocando caídas de rocas, deslizamientos de tierra y flujos de escombros. Los problemas de degradación de la tierra son graves amenazas para los asentamientos humanos situados en estos territorios.
Además, el proyecto tiene un componente social relevante al ofrecer formación especifica en construcción y mantenimiento de muros de piedra seca para inmigrantes, desempleados y personas desfavorecidas, contribuyendo así a su inserción laboral y a la conservación de esta técnica tradicional incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO.
Las terrazas de la zona piloto están gestionadas por la Fondazione Manarola Cinqueterre, una asociación local que alquila las tierras a los propietarios, repara los muros de piedra seca y los canales de drenaje y, posteriormente, alquila dichas parcelas al mismo precio a los agricultores locales que se encargan de su mantenimiento. El proyecto aspira a ser replicable en otros territorios de la Unión Europea, por lo que se van a realizar estudios preparatorios para abordar intervenciones similares tanto en otros espacios del Parque Nacional de Cinque Terre como en el Parque del Garraf en Cataluña.





