Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos

  • 1672
  • Óleo sobre lienzo
  • 325 x 245 cm

La hermandad de la Santa Caridad tenía entre sus obligaciones la de participar en el hospital en el proceso curativo de los enfermos, así como el de servirles comida. Precisamente en esta pintura se describen esos mandatos, desarrollándose la escena en un interior palaciego en el que Santa Isabel lava y cura las heridas de mendigos y tullidos que están ulcerosos y atacados por la tiña. Resalta el contraste entre la elegancia de la reina y sus damas que aparecen a la izquierda, y el aspecto miserable de los enfermos. La vida popular de la ciudad se refleja en el mozalbete que se rasca las bubas de la cabeza y busca las pulgas bajo su camisa, y que sonriente dirige su mirada al espectador guiñando uno de sus ojos. Como fondo una arquitectura con una mesa bien servida, en la que están los pobres sentados, mientras la santa y su séquito sirven la comida.